martes, 29 de septiembre de 2015

Comunidad LGBTI lucha por el reconocimiento de sus derechos más allá del matrimonio

Comparto con ustedes la nota informativa del foro sobre derechos humanos, sexualidad y género realizada por Prensa USB.    

Comunidad Lgbti lucha por el reconocimiento de sus derechos más allá del matrimonio igualitario

Quiteria Franco y Gisela Kozak, ponentes, junto con William Anseume, moderador del foro.
Quiteria Franco y Gisela Kozak, ponentes, junto con William Anseume, moderador del foro.
Ciclo de foros USB con el país
Elsa Pilato / Departamento de Información y Medios USB.-
La comunidad venezolana Lgbti (lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales) está luchando por la elaboración de leyes de Identidad de Género y Antidiscriminación, el reconocimiento de las relaciones mediante las dos figuras que contempla la Constitución Nacional vigente (matrimonio y uniones estables de hecho) y la incorporación de la educación sexual en todos los niveles, laica y con un enfoque que incluya los estudios de género y los derechos humanos.
Quiteria Franco, profesora del Departamento de Idiomas de la USB y coordinadora general de Unión Afirmativa de Venezuela y de la Red Lgbti de Venezuela, señaló que no es necesario reformar la Constitución para incluir otra figura, tal como la unión civil empleada en otros países, con el fin de reconocer las relaciones entre parejas del mismo sexo. “La sentencia del Tribunal Supremo de Justicia en 2008, ante solicitud de Unión Afirmativa, determinó que la Constitución establece que no puede haber discriminación, y que el texto constitucional no prohíbe ni condena las uniones de hecho entre personas del mismo sexo, Corresponde entonces a la Asamblea Nacional legislar sobre el tema”, expresó durante el foro Derechos Humanos, identidad sexual, género, parte del ciclo USB con el país, organizado por la Asociación de Profesores, Asociación de Egresados y Federación de Centros de Estudiantes de la USB.
Franco destacó que las exigencias de la comunidad Lgbti van mucho más allá del matrimonio. “Se trata de los Derechos Humanos que deben ser universales, son muy claros y los Estados deben aplicarlos y velar por su cumplimiento para todos los ciudadanos”. En este sentido, mencionó los Principios de Yogyakarta sobre la aplicación de la legislación internacional de DDHH en relación con la orientación sexual y la identidad de género, entre los cuales están el derecho de igualdad y no discriminación, el derecho a la personalidad jurídica y el derecho a formar familia.
La profesora uesebista se refirió asimismo a la necesidad de una legislación antidiscriminación que daría protección a la comunidad Lgbti. “Algunas de las situaciones discriminatorias más frecuentes en Venezuela son las ejecuciones extrajudiciales de trans; los crímenes de odio, que entre 2008 y 2013, en el país, fueron 90 (45 asesinatos), según la Asociación Ciudadana de lucha con el VIH y Sida; tratos crueles y degradantes; “ruleteo” de trans que necesitan atención médica por centros asistenciales. En la Defensoría del Pueblo dicen que están atados porque no hay un instrumento legal que le permita actuar, por eso los casos quedan en el olvido”.
“En 17 años no se ha logrado nada”
Gisela Kozak, profesora de la UCV, escritora, consultora en cultura y políticas públicas y activista política, intervino junto a Franco como ponente en el foro. Afirmó que en “en 17 años de hegemonía revolucionaria no se ha logrado ningún derecho” para la comunidad Lgbti. “En América del Sur solo estamos algo mejor que Guyana en esta materia”. Lamentó que el fuerte componente militarista del Gobierno de Venezuela en los últimos 17 años, al lado de la intervención de la religión, traben la lucha por los derechos de esta comunidad.
Criticó que los activistas afectos al oficialismo hagan juicios apresurados tales como que la homofobia es hija del capitalismo, y recordó que justamente ha sido en las democracias liberales donde se han reconocido y aprobado derechos para Lgbti.
Kozak señaló que las familias de gays y lesbianas existen en el país. “Aunque al Estado no le guste, es una realidad, está sucediendo, y debe darles protección”.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Ciclo de foros USB con el país


Ciclo de Foros

La  Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar, 
la Federación de Centros de studiantes de la USB y 
la Asociación de Egresados de la USB 

invitan al Ciclo de Foros la USB con el país


El segundo foro de este ciclo será sobre:

Derechos humanos, identidad sexual y género.

Participantes: 

Gisela Kozak. Profesora titular UCV, escritora, consultora en cultura y políticas públicas, activista política. 

Quiteria Franco. Profesora del Departamento de Idiomas de la USB.  Coordinadora General de Unión Afirmativa de Venezuela y de la Red LGBTI de Venezuela.

Moderador: Profesor William Anseume

Día: jueves 24 de septiembre
Hora: 10:30 a 12:00 am.
Lugar: Conjunto de Auditorios USB. 

sábado, 19 de septiembre de 2015

Coctel para el colapso universitario


Coctel para el colapso: más estudiantes, recorte de presupuesto y fuga de talento humano
Rector de la USB, Profesor Enrique Planchart

El día martes 15 de septiembre asistí a la Asamblea informativa convocada por el rector de la Universidad de la Simón Bolívar en Caracas. La convocatoria era para las 10 de la mañana. No obstante, el rector llegó a las 10:25 y la asamblea inició a las 10.30 am.  

Cinco intervenciones, la primera fue la del rector Enrique Planchard,  seguido por el vicerrector académico, Rafael Escalona; Norberto Labrador presidente de la Asociación de profesores de la USB, para culminar con la intervención de  los estudiantes, representados por el presidente de la Fceusb, Jesús Valerio y el presidente del Centro de Estudiantes de la Sede del Litoral, Joao Goncalves. 

En su intervención el Rector se refirió a dos temas el presupuesto a la USB y los estudiantes asignados a la universidad por la OPSU. En cuanto al primer tema explicó el rector que desde el año 2012 el presupuesto asignado por el Ministerio de Educación Universitaria a la USB es tan solo el 40% de lo solicitado. Este déficit en la entrega de recursos ha puesto a la universidad en apuros en muchas ocasiones situación que el gobierno soluciona parcialmente a través de asignaciones especiales. En cuanto al presupuesto para el año 2016, la Universidad solicitó en su anteproyecto  8.543.887.022 bolívares, de la cual, el Ejecutivo sólo asignó 1.311.609.317 bolívares. Esto representa tan solo el 15% del monto solicitado.   Es decir, que si desde el 2012 la situación ha sido difícil, para el próximo año será aún peor.   

Ya desde el lunes 14 los comedores permanecen cerrados ante la falta de recursos para cancelar la deuda de 14 millones de bolívares a los proveedores a quienes no se les cancela desde el mes de abril de este año. Adicionalmente, explicó el rector que los comedores cerraron sus puertas por la incapacidad de la institución de cancelar el precio de la bandeja de comida, la cual venía siendo “prácticamente subsidiada” por los proveedores, ya que el Ministerio de Educación desde principios de 2015 únicamente paga 113 bolívares por bandeja, cuyo costo para esa fecha ascendía a 180 bolívares. Precio que ha subido hasta el presente a 260 bolívares por causas de la elevada inflación.  Agregó el Rector que el Viceministerio, a pesar de reconocer el precio justo de 180 bolívares, no ha gestionado ningún recurso adicional para cumplir con la deuda que mantiene la USB con sus proveedores, lo que ha hecho insostenible su funcionamiento.

Ante este panorama el rector estima muy difícil el ingreso de  2042 estudiantes asignados por la OPSU al menos durante este año 2015. Pero que, sin embargo, el consejo directivo de la USB ha diseñado un plan para que estos estudiantes logren ingresar a la universidad, pese a que esta asignación es arbitraria y violatoria de la Ley de Universidades y de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela- CRBV.  
No puede uno dejar de preguntarse ¿qué busca el gobierno con estas acciones? Dado que hay dos elementos graves en todo esto: la asignación de más estudiantes a la Universidad Simón Bolívar y,  por otro lado, la asignación de menos recursos.  Cualquier persona con sentido común sabe que esto es una combinación para el colapso de la institución universitaria. 

Posteriormente, intervino el vicerrector académico, profesor Rafael Escalona quien expuso la fuga de talento que incide en la crisis de manera permanente. Según cifras presentadas por Escalona,  el número de profesores que han renunciado o a quienes se les ha rescindido el contrato, es de 278. “En 2011 se fueron 65, en 2012 salieron 48, en 2013 el número fue de 54 y en 2014, fue de 60”, y para este año se han contabilizado 51 renuncias. A esta cifra hay que sumarle 200 profesores que se han jubilado, para un total de 478 profesores que ya no forman parte de la USB.

Para tratar de quizás calmar o minimizar las alarmantes cifras informó que por concurso de credenciales han logrado ingresar 300 nuevos profesores. No obstante, lo que no menciona el vicerrector que si bien se ha logrado disminuir la brecha entre egresos e ingresos en el número de profesores no hay manera de equiparar ese vacío. Explico,  quienes han renunciado a la universidad son profesores que en su mayoría tenían al menos una maestría e inclusive doctorado; con trabajos de investigación y eran profesores contratado en la modalidad de dedicación integral o exclusiva. Mientras que quienes ingresan son profesores en proceso de formación y muchos de ellos son contratados a tiempo convencional. Adicionalmente, muchos profesores a tiempo integral se han visto en la obligación de solicitar cambios en su dedicación a la universidad para poder buscar ingresos extra ante los sueldos tan bajos que se perciben en los centros de estudio universitario; la falta de recursos económicos y académicos para realizar investigación.      
   
Para culminar el vicerrector académico mencionó que también el personal técnico y administrativo está renunciando, por lo cual, además del recurrente problema presupuestario, el vicerrector alertó sobre la crisis que se está desarrollando sobre el recurso humano e hizo un llamado a crear un movimiento nacional para reclamar lo que justo por derecho le corresponde al profesorado y al resto de los trabajadores universitarios. 

Así pues vemos que el panorama para las universidades es muy oscuro. Los profesores, hoy en paro activo, están emigrando a otras universidades latinoamericanas donde se les paga mucho mejor, se les apoya para realizar trabajos de investigación. Mientras acá se está desmantelando las universidades y, por ende, agravando la situación del país.  

Es imperativo que esta situación se resuelva, de no haber un cambio en el corto plazo, la fuga de talento humano se agravará, lo cual traerá consecuencias muy difíciles de superar.  

El gobierno debe sentarse a trabajar con la FAPUV, gremio que aglutina al 70% de los profesores universitarios en Venezuela. Es el único gremio que los profesores universitarios reconocemos y aceptamos como nuestro representante. El gobierno debe entregar los recursos económicos necesarios para que las universidades funcionen eficientemente tal como lo establece la CRBV.   El gobierno debe dejar de axfixiar a las universidades a través del TSJ; por ejemplo,  al impedir la renovación de sus autoridades.  

  

domingo, 14 de junio de 2015

Programas en Estudio de Género en la USB


 


En marzo de 2013, se anunció la apertura de un Programa de Perfeccionamiento Profesional (PPP) en estudios de género en la Universidad Simón Bolívar (USB). El programa debía iniciar en septiembre de ese año. Adicionalmente, se anunció la pronta apertura de un Diplomado en Género y Políticas de Igualdad en la misma universidad. Este diplomado, sin embargo, estaba aún a la espera de la aprobación por parte del CNU.  


Ambos programas habían sido aprobados a lo interno de la USB. Luego de dos años de trabajo de un grupo de profesoras de varios departamentos de la Universidad entre las cuales estaban Pasqualina Curcio, Carmen Prince, Marisela Hernández, Carolina Gutiérrez-Rivas y Mariana Libertad Suárez, ésta última, la Coordinadora de ambos programas.


Quien les escribe, ingresa a la plantilla de profesoras que dictarían una asignatura en el programa luego de la renuncia de la Profesora Gutiérrez-Rivas. La profesora Prince ya se había jubilado. Las otras dos profesoras, Curcio y Hernández también se retiran de la universidad. 


A mediados de marzo de 2013, se inició el proceso de admisión de las aspirantes, tuve la oportunidad de acompañar a la profesora Suárez en algunas de las entrevistas a varias de las personas interesadas. Al final de ese proceso contábamos con al menos 12 aspirantes a cursar el programa.   


Por alguna razón desconocida el PPP no inició en septiembre del año 2013. Tampoco inició en enero de 2014. A mediados de año, la profesora Suárez inicia su año sabático y se designó a la profesora Zaira Reverón al frente de ambos programas. 


Al día de hoy, dos años más tarde, ni el PPP ni el diplomado han iniciado. El Diplomado sigue a la espera de la entrega por parte de la Universidad de los documentos que solicita el CNU para su aprobación. 


Esta situación no es más que otro ejemplo de cómo la crisis universitaria, la renuncia de profesores, la fuga de cerebros afecta la diversificación de la educación. La apertura de nuevas áreas de estudio tan necesarias en nuestro país.  


Aquí les dejo el enlace a la nota publicada en marzo de 2013 en la que se anuncia la apertura de los programas.  

miércoles, 11 de febrero de 2015

A mis profesores con amor




A mis profesores con amor.


En una entrada anterior en este mismo blog publiqué una nota sobre el día del maestro en Venezuela, con la intención de darle las gracias a las maestras y maestros que tuve en mis estudios en la escuela primaria y secundaria; me parece justo que haga lo mismo con mis profesores de la etapa universitaria de pregrado. Lamentablemente, no tuve oportunidad de hacerlo entonces cuando fueron mis profesores.  

Aunque mi título de pregrado dice que me gradué en julio de 1996, mis estudios los culminé en diciembre de 1995. Debí esperar siete meses para asistir al acto de grado y tener el diploma en mis manos. De tal manera que este año 2015 se cumplen 20 años desde que terminé mis estudios de pregrado en la Universidad del Zulia.    

El cambio de la escuela secundaria a la universitaria no es asimilado de la misma manera por todos, algunos lo asimilan muy bien y se adaptan con facilidad, otros se sienten desorientados, en fin, es diferente para cada uno de nosotros.  Para mí fue una combinación entre emoción y susto. Me emocionaba la idea de entrar a la universidad, a vivir nuevas experiencias, conocer nuevas personas, cambiar de ambiente y el susto de lo desconocido, el desafío, ser capaz de lograr no solo iniciar sino culminar una carrera profesional.    

Mi sueño original era estudiar traducción en la Escuela de Idiomas en la Universidad Central de Venezuela, para mi familia eso fue una opción que jamás consideraron, las preguntas sobre donde viviría, como pagarían mis estudios y como se me ocurría a mí dejar el hogar para irme sola a la capital simplemente no, mi sueño no era posible. Mis opciones de estudio fueron tres, derecho, comunicación social y Educación mención Idiomas modernos, eran las opciones que escogí para estudiar en Maracaibo. Fui asignada a la tercera de mis opciones académicas. Ya me había preparado por mi cuenta, había comenzado a estudiar inglés de manera autodidacta. Hacía uso de canciones, del único periódico venezolano escrito en inglés en Venezuela, la radio en inglés y cuanto otro recurso se me apareciera en el camino para aprender el idioma.   Y así inicié los estudios en la Universidad del Zulia en Maracaibo.

Para septiembre de 1989 cuando inicié, era obligatorio hacer un semestre de estudios generales. Cuatro materias formaban parte de ese periodo de estudios. Ese tiempo sirvió de adaptación, la transición por así llamarla.  Lugo llegó el inicio real, entrar en el pensum de la carrera. Eran muchas materias, entre seis y siete; tiempo completo, estudiar era lo único que se podía hacer.  De ese primer semestre recuerdo dos profesores en particular, a Beatriz Manrique y Raimundo Medina.

La profesora Manrique fue mi primera profesora de inglés. Pensé que dado la preparación que había tenido no sería tan difícil, me equivoqué. Fue más exigente de lo que había imaginado. Sus clases eran muy animadas y divertidas. Su creatividad era infinita, cada clase era una experiencia inolvidable.  La experiencia fue maravillosa, no puedo negarlo, no creo haber aprendido mucho (inglés), de hecho me tocó cursar la materia nuevamente, no fue por culpa de la profesora, yo soy la única responsable de lo sucedido. No obstante, tuve la oportunidad de conocer a un ser humano maravilloso que me enseñó bastante sobre muchas otras cosas a nivel personal. Esas lecciones también se aprecian y son tan valiosas como las académicas.   

Raimundo Medina, fue mi profesor de morfosintaxis del español, en tres oportunidades. Fue una asignatura, que me resultó tan o más exigente que el inglés o el francés o cualquier otro idioma que he aprendido. Reconozco y resalto su inteligencia, la profundidad de sus conocimientos del castellano a todo nivel. No obstante, él es ese tipo de profesor que con abrir su boca derrama conocimiento pero la manera de transmitirlo puede ser tan lineal, ausente de emoción y sentimiento o creatividad que resultaba ser muy pesado de digerir. Al final, la información era tan densa y abstracta que era difícil de procesar.  

Haber tenido que repetir el primer curso de inglés me dio la oportunidad de vivir una experiencia de aprendizaje excepcional. Conocí a  la profesora Carmen Paván, una mujer linda y hermosa tanto a nivel físico como personal. Sus clases eran divertidas, variadas y muy interactivas. Siempre había una actividad que hacer, ya sea preparada o improvisada, ir a su clase era saber que se tendría una nueva aventura, imposible de olvidar. Con ella, el inglés se vivía, se sentía, se tocaba, se olía, se saboreaba, todos los sentidos se involucraban en la aventura del aprendizaje.    

Llegó entonces el momento más temido, comenzar las clases de francés, el segundo idioma que debía aprender. Las opciones de profesoras de este idioma, no me entusiasmaban mucho, no porque tuviesen fama de malas, sino por ser muy exigentes, y un trato muy descortés con los estudiantes; además de contar con un historial de aplazados considerables. Para mi fortuna, llega a la universidad una nueva profesora de nombre Yolanda Quintero de Rincón.   A ella le agradezco el haberme enseñado la belleza del idioma francés. Su ejemplo fue el mejor que pude haber tenido. Fue mi inspiración. Me esforcé por aprender a hablar, entender y expresarme en francés como ella. 
Adicionalmente, encontré en ella, no sola una gran profesora, sino también una compañera de estudios. Fueron muchas las conversaciones acompañadas de un café con leche, el mío, marrón el suyo. Anhelaba llegar a la universidad y encontrarla en los pasillos para invitarla a un café y disfrutar de esas conversaciones tan enriquecedoras desde todo punto de vista. Música, libros, viajes, comida, cualquier tópico que surgiera, era un paseo por lo inesperado. Fue el mejor hallazgo de mi carrera. Siempre sentí que conversaba con una amiga, más que con una profesora, una amiga de quien aprendía mucho y a quien respetaba y admiraba cada día más.   
    

La maravillosa experiencia de aprender francés, que se inició con la profesora  Yolanda, se completó con Martín Quintero. Él era todo un personaje. Imagínense tener como profesor a alguien con la apariencia de Roland Carreño y la simpatía de Robin William, el actor.   Sus clases, gramática francesa,  eran siempre lo más parecido a una sesión de risoterapia. Esto, en mi opinión, creaba un ambiente muy agradable, ideal para el aprendizaje de una lengua tan compleja como el francés. Uno de mis mejores recuerdos con él, fue una ocasión en la que estaba en el lugar de siempre conversando con Yolanda Quintero, quien era su amiga, él se acerca y le dice escucha esto y comenzó a cantar una versión en francés de la canción “El Manduco” que para ese momento estaba de moda. Aún recuerdo la letra en francés y el ritmo tal como él la entonó. En ocasiones, al escucharla en la radio, recuerdo ese agradable momento que logró sacarnos unas buenas carcajadas.        

Otra profesora realmente especial es Ana Lucia Delmastro. Hablar de ella es hablar de una mujer, integra, inteligente, hermosa, con clase, elegancia y con conocimiento de sobra, para regalar en cada palabra que dice.  Haber sido su alumna fue realmente un privilegio. 

Juliana Zibert de Becerra, una dama. De origen alemán, casada con un venezolano, y madre de una niña. Su fama la precedía. Los rumores que se escuchaban por los pasillos eran aterradores. Todos hablaban de lo difícil y hasta lo imposible de aprobar su materia. Su curso, gramática inglesa, era uno de los más importantes, al menos para mí lo era.  A mí no me causaba ningún susto, por el contrario, era un desafío. Busqué la manera de quedar en su clase y lo logré. Fue la mejor decisión académica que haya podido tomar.  Sus clases eran maravillosas, en ocasiones, no me daba cuenta lo rápido que pasaba el tiempo. A ella le debo todos mis conocimientos gramaticales del idioma inglés. 

Con ella, sucedió algo similar a lo que viví con mi profesora de Francés, Yolanda Quintero. Las salidas de clase se extendían en interesantes conversaciones, nunca estuvieron acompañadas de un café o ninguna bebida similar, nunca había tiempo, se nos iba en conversar. Por alguna razón u otra nuestra relación se tornó en algo familiar, sin dejar de ser respetuosa. Años después, me enteré que se había mudado a Caracas. Ella y su esposo, Eugenio Becerra me recibieron en su casa y me ayudaron en mi proceso de mudanza a la misma ciudad; inclusive, mi segundo trabajo en la capital, lo conseguí gracias a ellos.  Hasta el día de hoy, ella es la mejor profesora que tuve en mis años de estudios de pregrado. La admiro y la respeto. Ella es realmente especial. Tal como lo escribí al principio, es toda una dama.    
Hablar de Eugenio Becerra es hablar de una persona, tan particular. Él era un hombre tranquilo, su caminar siempre pausado y despreocupado era casi exasperante. Fue mi profesor de traducción. Creo que no había mejor pareja para Juliana, una mujer acelerada y dinámica, debía tener a alguien que calmara su paso. Juntos eran maravillosos, el uno para el otro. Así lo recuerdo, como alguien relajado, parsimonioso.    

Diógenes Carmona, la elegancia. No recuerdo con certeza la clase que cursé con él, pero si recuerdo, que es uno de los pocos hombres que encontrado atractivo de una manera no sexual. Era un hombre espectacular, distinguido, siempre estaba vestido de manera casual pero elegante.  Sus maneras eran muy delicadas sin llegar a ser afeminadas. Su manera de hablar y explicar era pausada y razonada, cada palabra se sabía bien pensada. Era un hombre que podía fácilmente conquistar a cualquier mujer y seguramente que a cualquier hombre también si lo quisiese. 

Elke Ynciarte, el enigma. Típica mujer del signo de escorpio. Su clase fue la última que me tocó cursar junto a la práctica profesional.  Me resultaba una necedad tener que ver esa materia, claro ya quería terminar y graduarme. Su curso era algo así como enseñanza de idiomas a nivel de pre-escolar y básica, una asignatura que se ofrecía por primera vez en la carrera, de manera obligatoria.  No creo que haya sido la clase en sí, quizás era el cansancio, la hora, su clase era la última del día, salíamos a las 9 de la noche. Quizás era también el hecho de que la sola idea de tener que trabajar con niños me inquietaba. Con ella también logré algo de empatía, digamos que bastante. Al final de la clase, ella solía dejarme en la parada más cercana un transporte público hacia mi casa, lo cual le agradecía mucho. De no ser por ella, llegar a mi casa habría sido todo un drama. Compartimos muchos momentos, acompañados de café, sin café, con té, en fin. 
 

Por alguna razón en particular, la primera y la última profesora que tuve en la universidad marcaron mi vida de manera similar; pero lo que estuvo entre la primera y la última fue un mundo de aventuras, aprendizaje, vivencias, y experiencias extraordinarias.  


Todos los profesores que he mencionado, y a quienes no mencioné también,  influyeron mucho en mi decisión de querer ser profesora universitaria. A ellos les debo todo lo que sé, todo lo aprendido en lo académico, profesional y personal.   Les estaré eternamente agradecida.