Laura Helena Castillo / Siete Días / El Nacional.- 20 de noviembre de
2011, El Nacional, Siete Días / 1 -2
Los efectos de la crisis económica más severa que han sufrido las
universidades autónomas en los últimos años llegaron a las aulas: los docentes
mejor preparados dan menos horas de clase o se han ido del país, falta la
generación de relevo y el financiamiento para la investigación es limitado. Es
la descapitalización del conocimiento
En la Universidad de los Andes hay cargos de profesores que están
vacantes. No son pocos. Lo están a pesar de que tres veces al año, durante los
últimos dos, se han abierto concursos para captar docentes. La institución, con
sede principal en Mérida ciudad universitaria de tradición hizo
reiteradamente los llamados públicos, sobre todo para materias en las carreras
de Medicina, Odontología e Ingeniería, pero nadie respondió.
La falta de interés en formar parte del mundo académico universitario no
ha sorprendido sólo a las autoridades de la ULA. Detrás de los efectos sonoros
de la diatriba política, de las intensas actividades del movimiento
estudiantil, de los capítulos violentos en las casas de estudio, del debate por
la autonomía, de las críticas a la metodología de ingreso, hay un modelo de
institución que se está desfigurando: cátedras cerradas, profesores que
renuncian o dan menos horas de clases, laboratorios vacíos, líneas de
investigación enfriadas, conocimiento que se deja de generar y de legar, y
capital intelectual que jamás se recuperará. Las deficiencias presupuestarias
que sufren en los últimos años las universidades autónomas ya se sienten en los
salones de clase.
Este año, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Central de
Venezuela, 20% de los concursos quedó desierto. La Escuela de Educación de esta
facultad tiene más de 5.000 alumnos y es una de las más grandes del país. Aquí
el problema adquiere una doble dimensión: falta quienes enseñen a enseñar. “Las
escuelas que más sufren son las de mayor tamaño, como la de Educación. Hay
vacantes en la cátedra de Orientación Educativa, que imparte varias asignaturas
a lo largo de la carrera; para la materia de Sociología de la Discapacidad
tampoco hay profesores. En la Escuela de Filosofía no tenemos quien dé
Filosofía de la Praxis. En la facultad hay algunas cátedras que se han cerrado
porque no hay profesores”, ofrece un balance Piero Lo Mónaco, decano de la facultad.
Una de las causas principales aunque no la única ni la más determinante
de que la profesión no sea atractiva para los jóvenes son los bajos sueldos.
Desde 2008 los profesores universitarios no recibían aumento salarial,
hasta que este año se decretó un incremento de 40%.
La decisión gubernamental estuvo precedida por el tenso pulso de la
huelga de hambre que realizaron estudiantes universitarios en marzo y que duró
31días frente a la sede del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en
Caracas. Tenían 5 peticiones y una de ellas era mejorar la remuneración de los
docentes.
El porcentaje de aumento decretado,
frente a una inflación acumulada que superó 100% entre 2008 y 2010, aún dejó al
gremio en desventaja. Aunque en las décadas recientes el sueldo del profesor
universitario se ha depreciado, este lapso de estancamiento de 4 años frente al
aumento tenaz del costo de la vida abrió un boquete difícil de eludir.
Un estudio de Doris Avendaño, vicerrectora administrativa de la
Universidad Nacional Experimental del Táchira, evidencia que según las Normas
sobre homologación de sueldos y beneficios del personal docente y de
investigación de las universidades nacionales (Gaceta Oficial 32539,
1982) el aumento del año 2010 debió haber sido de 138%.
De acuerdo con la investigadora, a un docente instructor a dedicación
exclusiva (rango más bajo del escalafón) que ganaba el año pasado 2.382
bolívares le tocaba percibir 12.676 bolívares. El aumento de 2011 lo llevó a
3.335 bolívares mensuales, 1.667 quincenales, con una carga horaria que lo
obliga a cumplir una jornada a tiempo completo en la institución y no le
permite trabajar en otro lugar.
Desiertos
Fue precisamente gracias a los estudios hechos por las autoridades de la ULA
para enviar a la Oficina de Planificación del Sector Universitario los recaudos
necesarios para comenzar a recibir el aumento que detectaron la gravedad de su
situación. “Pensábamos que en Mérida no iba a ocurrir la falta de relevo de
profesores porque no había tantas fuentes de empleo y la carrera universitaria
siempre tuvo gran prestigio. Descubrimos lo contrario. En la carrera de
Medicina la situación es dramática.
En áreas como Medicina Interna, Cardiología, Oftalmología o en otras más
básicas como Anatomía, abres concursos y no se presenta ningún interesado.
Siempre he dicho que el trabajo del docente es un apostolado, pero debes poder
vivir con dignidad”, indica Mario Bonucci, rector de la ULA.
El Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV tiene un
programa de becas académicas para formar profesores de relevo.
Emily Avendaño, recién graduada con honores en el primer lugar de su
promoción de Comunicación Social y preparadora durante dos años, era, con 23
años de edad, candidata para unirse al programa.
El plan consistía en dar 8 horas de clase a la semana y, en las tardes,
asistir al posgrado.
Su labor docente sería remunerada y los estudios, becados.
“La beca no me permitía tener compromisos con ninguna otra institución,
pero yo quería retribuirle a la universidad la formación que me dio. Estudié 5
años pagando apenas 1 bolívar el semestre. Pero cuando me enteré de que me
pagarían 900 bolívares mensuales, tuve que decidir que no podía continuar. Eso
no me alcanzaría ni para comprar las guías del posgrado”, relata Avendaño, que
optó por asumir el pago semestral 2.300 bolívares aproximadamente de su
maestría en Estudios del Discurso y trabajar en otro lugar.
Cristián Puig, secretario de la USB
Las exigencias para ingresar en una universidad como personal docente
son altas. “Se hacen tres ofertas de cargos al año, se deja el concurso abierto
durante un mes y todavía no se llenan. También depende de lo estricto del
perfil. Por ejemplo, en materias como Química o Matemática sólo se admiten
doctores. Además, el programa de apoyo institucional que nos permitía formar a
la generación de relevo se ha visto mermado”, dice Christian Puig,
secretario de la Universidad Simón Bolívar, donde han apelado a una
solución parcial, como muchas otras instituciones: los profesores contratados,
que cubren la carga académica pero no hacen investigación, ni son tutores de
alumnos y sólo van durante las horas que les corresponde dar clases.
“Se está perdiendo al profesor para el que su desarrollo profesional
está dentro de la universidad, ese que no busca grandes sueldos sino trabajar
su línea de investigación, libremente, con unas mínimas condiciones. Nuestra
preocupación es mantener un nivel de calidad acorde con lo que el país conoce
de nuestra universidad”, lamenta Puig. En un cafetín del campo de Sartanejas,
un estudiante que pide no ser identificado dibuja claramente el asunto: “Las
universidades se van a convertir en colegios donde uno va a clases y ya. Cada
vez habrá menos profesores que se dediquen al intercambio con los alumnos”.
La propuesta más clara del Gobierno para la educación universitaria ha
sido la masificación. Los datos del Ministerio de Educación Universitaria dan
cuenta de que en el año 2000 había 497.319 estudiantes en la enseñanza pública
y para 2009 esa cifra se había triplicado a 1.506.693. De esos, 917.931 son de
universidades experimentales como la Unefa. La ampliación de la matrícula, sin
embargo, ha planteado dudas sobre la merma de la calidad de la formación que se
imparte.
A la Universidad Carabobo, sin embargo, le resulta difícil crecer.
“Abrir nuevas materias es muy complicado. Los docentes deben cumplir muchos
requisitos, y no es que al profesor no le guste estudiar, el problema es el
poco atractivo socioeconómico de los cargos. En la Facultad de Ciencias de la
Salud no se han podido abrir cargos para carreras técnicas por falta de
profesores”, dice Ulises Rojas, vicerrector académico de esa casa de estudios.
Hugo Chávez ha manifestado con frecuencia su incomodidad con la
estructura de funcionamiento de las universidades autónomas. “Fueron tomadas
por la élite burguesa. El modelo clásico es excluyente. Hablar del claustro
universitario ¿qué te está diciendo? Nosotros necesitamos universidades
`exclaustradas’ como la Bolivariana”, dijo en marzo de 2008, durante una
graduación de esa institución, creada por su gobierno en 2003.
“El capital humano de este gobierno se formó en las universidades
autónomas. No se entiende bien el objetivo final de esta asfixia
presupuestaria.
¿Tener el control ideológico de las casas de estudios?”, se pregunta
Alfredo Marcano, coordinador del vicerrectorado administrativo de la UCV.
No vuelven
Desde enero de 2009 hasta mayo de 2010 han renunciado 77 profesores a
dedicación exclusiva de la USB.
En total han sido 173, incluyendo los de tiempo convencional.
Es decir, 45% de los que se han ido no sólo impartía horas de clase,
sino que investigaba y hacía vida plena en el campus.
Era del personal mejor preparado. “Estamos haciendo esfuerzos,
maniobrando, para que no se note este déficit. Pero ¿y a largo plazo?”, se
pregunta Puig ante una tendencia que parece irreversible.
Las modalidades más comunes de las renuncias van desde quedarse en el
exterior después de un año sabático o una beca de estudios hasta irse a
trabajar a otro sitio dentro del país. “Seis docentes de la Escuela de
Matemática que terminaron sus doctorados fueron contratados por la Universidad
Nacional Experimental de la Seguridad, que les ofrecía mejor sueldo”, señala
Marcano.
Para las universidades no es un dilema menor que esos docentes que han
recibido apoyo de estas instituciones para formarse afuera no regresen, aunque
paguen lo adeudado que, en ocasiones, hasta corre por cuenta de la universidad extranjera
que lo contrata.
Cada seis años le corresponde a los docentes uno sabático. En la USB han
visto a algunos irse y no regresar. “Consiguen la posibilidad de hacerlo en
laboratorios buenos y no se reincorporan. Hay profesores que eran nuestros en
Canadá, Bélgica y Estados Unidos”, dice Puig.
“Entre el envejecimiento, el cambio de dedicación por malos salarios y
la emigración en niveles de agregados, asociados y titulares estamos afrontando
serias dificultades. Se nos está quedando la gente afuera del país, un capital
humano formado que lleva 10 o 12 años en la universidad. Se puede recuperar el
dinero, en términos nominales o reales, pero el capital humano no se recupera,
lleva tiempo”, explica Nicolás Bianco, vicerrector académico de la UCV. “Esa
fuga es mucho más importante que la de los dólares”, puntualiza Marcano.
En la ULA, cercanos a la frontera con Colombia, están experimentando la
diáspora a ese país. “Vemos casos de profesores de Odontología bien formados
dentro de nuestra institución que se van a universidades privadas en
Bucaramanga ganando 12.500 bolívares mensuales al cambio oficial. Allá esa mano
de obra es bien pagada, sobre todo porque predominan las universidades
privadas”, indica el rector Bonucci.
En el continente, los profesores venezolanos son valorados.
Un ejemplo claro es Rafael Reif, ingeniero eléctrico de la Universidad
de Carabobo, que es el actual rector del Massachussets Institute of Technology,
una de las 10 mejores universidades del mundo. Otro caso similar es el José
Rosas.
Rosas fue director de la Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva
de la UCV desde el año 2000 hasta 2003. Hoy es decano de la Facultad de
Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad Católica de Chile,
una de las mejores de la región.
Con 52 años de edad, el prestigio de haber estado al frente de una
escuela de renombre y el miedo de reiniciar todo de nuevo, Rosas volvió a su
país natal. “Veíamos que a nuestra edad no había vejez posible en Venezuela. La
crisis comenzaba a sentirse. Cada vez era más difícil que los profesores
cumplieran con su situación contractual y se comenzaron a notar fisuras y
filtraciones que iban desdibujando la institución universitaria venezolana. No
nos fuimos por el dinero, porque el que está en la academia tiene un proyecto
de vida diferente al de hacerse rico”, expresa. Sin embargo, hay datos
interesantes sobre el tema del salario: en la Católica de Chile un profesor
titular a dedicación exclusiva máximo escalafón para el que se requieren entre
12 y 15 años de experiencia académica y estudios de IV nivel gana 3.000
dólares en comparación con los 7.232 bolívares (1.680 dólares al cambio
oficial) que percibe en Venezuela.
Investigar o morir
La educación superior es docencia, investigación y extensión. Las dos
últimas son las áreas más afectadas por la carencia de personal calificado.
Esto incide directamente en la valoración nacional e internacional de las
universidades, porque parte de su prestigio se mide por la cantidad de
publicaciones en medios especializados sobre hallazgos importantes hechos por
sus expertos.
Pedir cambio de tiempo completo a medio tiempo es una de las maneras más
comunes que han encontrado los docentes para ganar dinero extra, pero es, a su
vez, una de las causas de la mengua en las pesquisas especializadas.
Un claro ejemplo de esta situación es la Facultad de Humanidades de la
UCV, donde este año han llegado 40 peticiones de cambio de dedicación. Si a eso
se suman 10 renuncias en 2011 y los 30 a 50 jubilados que salen de las aulas
cada año, el contingente de 920 profesores de la facultad está teniendo casi
100 bajas anuales.
“El docente necesita no sólo de la remuneración, sino un laboratorio
bien dotado, suministros para la investigación. El profesor se va quedando solo
porque no tiene ni el técnico, ni el asistente de investigación. Eso hace que
distorsione la esencia”, dice Lo Mónaco.
De los aproximadamente 1.000 profesores de la Escuela de Medicina Luis
Razetti de la UCV, la mitad son medio tiempo y sólo un poco más de 10% es a
dedicación exclusiva. “En 2008 esta situación se agudizó.
Si se le suma el envejecimiento de la población docente, la situación es
casi insostenible.
En la Escuela de Enfermería, más de 80% es jubilable. Si lo hacen, para
decirlo honestamente, no tendríamos capacidad de respuesta”, dice Arturo
Alvarado, coordinador académico de la Razetti.
Todos los consultados coinciden en que gracias a profesores jubilados
que han querido mantenerse en las aulas dando clases se han mantenido abiertas
muchas cátedras, como la de Medicina Legal en la Razetti. “Ellos son una
garantía de calidad”, dice Puig de la USB.
Alvarado hizo un informe en el que detallaba hasta qué punto el déficit
presupuestario debilita la investigación por la poca capacidad para adquirir
insumos. Un reactivo para la determinación de VIH en 900 pruebas costaba, en
2009, 11.500 bolívares; en 2010, 17.382 bolívares y, en 2011, 33.480 bolívares.
En contraparte, la UCV recibirá en 2012 el mismo presupuesto que en 2011: 1,25
millardos de bolívares, a pesar de haber solicitado el doble.
“Toca pedir créditos adicionales, pero eso no permite planificar, sobre
todo las líneas de investigación. La mayoría de los profesores están retrasados
en sus trabajos de ascenso.
Desde 2008 no habíamos vivido un momento tan restrictivo como ahora”,
afirma Alvarado.
Un informe de gestión de enero a junio de 2011 de la Unefa revela, en el
apartado de “desarrollo de ciencia y tecnología”, que no han publicado ningún
trabajo de investigación, ni hay quienes estén capacitados para hacerlos. En el
análisis dice: “Hace falta personal ordinario de dedicación exclusiva”, así
como materiales y espacios para desarrollar investigación.
Nicolás Bianco es más pesimista: “Estamos hablando de 9 o 10
universidades autónomas que no aguantarían 2 años en estas condiciones”.
Cuestión de
prioridades
Contribuir en la creación de una sociedad socialista es el fin máximo
del Ministerio de Educación Universitaria. “Impulsar un nuevo modelo educativo,
con centro en la formación ética, dirigido a la transformación social, la
comprensión de nuestro entorno y la producción socialista” son algunos de los
objetivos que se planteó ese despacho para 2011. Eso incluye la búsqueda de la
suprema felicidad en los 24 institutos y colegios universitarios y las 31
universidades adscritos.
Para tales labores el Gobierno les asignó un presupuesto con mínimas
variaciones al otorgado en años anteriores, que no logra cubrir el efecto de la
inflación. En 2008 período en que, además, dejó de aumentársele el sueldo a
los docentes universitarios el monto asignado fue de 10,52 millardos de
bolívares; en 2009 se subió a 11,20 millardos; en 2010 se rebajó a 10,62
millardos y este año alcanzó un nivel similar al de 2009, con 11,78 millardos.
Humberto García Larralde, economista, profesor y ex vicerrector
Administrativo de la UCV, se ha especializado en estudiar la evolución de los
salarios de los docentes. En su estudio El Deterioro de los Sueldos
Universitarios indica que en los últimos 30 años los profesores han debido
luchar por la dignificación de sus salarios. Sin embargo, destaca que con los
altos ingresos petroleros del país poco se justifica esta mengua.
García Larralde determinó que el menoscabo de los ingresos de las
universidades y, por ende de los sueldos de los docentes, ha sido mayor que en
otras áreas de la economía. “Cuando observamos el comportamiento de la
remuneración real entre 1997 y el primer trimestre de 2010, se observa que para
los docentes universitarios la caída del salario real fue de 26,5%, la de la
enseñanza privada de 20% y la del sector privado en general de 8,5%. No
obstante, los empleados del Gobierno vieron incrementada su remuneración real
en un promedio de 12,9%, mientras que la categoría de técnicos y profesionales
de nivel medio del Gobierno se benefició con una mejora real de 42,4%”.
Señala el estudio que a comienzos de los años noventa el sueldo de un
titular a dedicación exclusiva era similar al de un director general sectorial
de la administración pública y ligeramente inferior al de un ministro o un
magistrado de la Corte Suprema. “Hoy en día la remuneración percibida por estos
funcionarios supera en varias órdenes de magnitud al sueldo de un profesor de
máximo escalafón”, afirma García Larralde.
El economista ofrece un contraste histórico: “Desde 1974, año en que
alcanzó su nivel máximo, la capacidad adquisitiva del sueldo del profesor a
dedicación exclusiva ha disminuido 80%”.
Iván de la Vega, profesor e investigador de la Universidad Simón Bolívar
y editor del libro La diáspora del conocimiento , aporta un
dato familiar para ilustrar cómo pareciera que la educación universitaria ha
dejado de ser una prioridad para el gobierno actual. “Mi papá, en 1983, ganaba
el equivalente a 3.250 dólares como profesor agregado. Se jubiló en 1995,
siendo titular, con 800 dólares.
En 2001 el aumento llevó su salario a 1.200 dólares y hoy, con el
aumento de 40% de mayo, no llega a 1.000 dólares con la tasa del mercado
paralelo”.