El grupo de Diversidad Sexual de la Universidad Simón Bolívar los invita a la actividad de cierre de trimestre.
Tema: Música Sexodiversa, ¿existe algo así?
Invitado: Ybrahim Cordero. Asociación Artgnosis
Fecha: miércoles 25 de junio
Hora: 11:30- 1:30 (horario 5-6)
Lugar: Edificio MEM 103
miércoles, 18 de junio de 2014
viernes, 6 de junio de 2014
Convertirse en lo que se critica
“Lo que los demás rechazan de ti, cultívalo. Eso
eres tú”. Jean Cocteau.
El fallecido Hugo Chávez llegó a
la presidencia porque entre otras cosas criticó mucho los gobiernos de la era
democrática, la corrupción, la violación de los derechos humanos en casos tan
famosos como el caracazo, criticó las política económicas neoliberales,
particularmente las de Carlos Andrés Pérez, criticó la exclusión y
discriminación de los pobres y prometió acabar con todos los vicios de los
gobiernos anteriores. Posteriormente, y hoy en día podemos ver como él y su
gobierno se convirtieron en todo aquello que criticó. Su gobierno ha sido calificado como el de más
corrupto en la historia democrática venezolana, sus políticas económicas han
llevado al país a sumirse en una crisis de dimensiones inimaginables
anteriormente, escases, desabastecimiento, inflación y estancamiento. Se ha convertido en el principal violador de
derechos humanos de la historia política venezolana. Si, en efecto logró la
inclusión de los pobres en las políticas sociales y educativas pero a costa de
la exclusión de otro grupo social, la clase media y la destrucción de la
propiedad privada y los pequeños, medianos y grandes industriales y
empresarios. El gobierno además se ha hecho el ciego y el sordo ante la grave
situación del país, es intolerante a las críticas y se ha transformado en un
régimen opresor que abusa de su poder y criminaliza la disidencia y la
protesta. De manera que Chávez y su gobierno y ahora sus sucesores terminaron
convirtiéndose en todo lo que criticaron y aún mucho peor.
La oposición por su parte no es
ajena a este fenómeno de convertirse en lo que critica. Podría mencionar muchos
ejemplos pero me voy a referir a lo que mejor conozco y manejo, la realidad universitaria. Hace unos meses, si mal no recuerdo durante
el paro de profesores universitarios los estudiantes de la Universidad Simón
Bolívar trancaron el ingreso a la mayoría de los edificios de la universidad,
principalmente aquellos donde hay salones de clase. Recuerdo que la noticia se
hizo viral y llegó a ser TT en twitter, se veía como una buena medida, se le
adjudicaron adjetivos como valiente, ejemplares, entre otros. Para ese entonces no me tomé la tarea de
expresar ninguna opinión aunque la tenía, por supuesto. EL pasado jueves 15 de
mayo los alumnos repitieron esa acción, se dispusieron a cerrar, mejor dicho a
bloquear la entrada a los edificios donde hay salones de clase. Ese día se
había convocado a una asamblea estudiantil para discutir sobre los sucesos del
día anterior cuando en medio de una protesta se habían llevado presos a varios
estudiantes de la USB.
Para ese día yo tenía planificada
una evaluación. Usualmente, ante la situación del país y sucesos de tal gravedad,
yo accedo a la solicitud de los alumnos de asistir a la asamblea, en ocasiones
hasta participo en las mismas por lo menos como oyente. La acción de los
estudiantes de impedir que los profesores y alumnos decidamos entre ir a la
asamblea y participar o continuar con nuestras actividades de manera voluntaria
es un acto que se convierte en lo mismo que se le critica al gobierno.
El que no se me permita a mí y a
mis alumnos decidir qué hacer me hace sentir que mis derechos, entre otros, el derecho
al trabajo, derecho a decidir, el derecho de los alumnos a estudiar, en fin, el
derecho a la libertad son violentados.
Cerrar la entrada a las aulas
transmite como mensaje “yo no quiero que tu tengas clases”, “tú tienes que ir a
la asamblea” o algo más drástico aún “a mí no me da la gana de que tú asistas a
clases”.
Si lo que se está criticando es
que el gobierno quiere imponer al país un modelo político socialista, una
educación igualmente socialista y un pensamiento único, un modelo económico que
no funciona, y en definitiva la violación de derechos humanos, la manera cómo
se quiere transmitir el mensaje de protesta no se distingue mucho de lo que se
critica. No es vulnerando derechos que
se va a ganar adeptos y simpatizantes a la causa.
Me parece a mí que el movimiento
estudiantil debe comenzar a razonar un poco antes de llevar a cabo sus
acciones. No se puede seguir actuando de manera visceral.
Por acciones como estas que se
dan en ambos lados, es decir, dentro del chavismo y la oposición es que ninguno
atrae el segmento de la población que se denomina independiente. Ninguno de los
dos bandos radicales convence. Y mientras sigan con estas acciones seguirán alejándose
de una solución que beneficie a la totalidad del país.
Ni los chavistas logran convencer
a la oposición, ni la oposición logra convencer a los chavistas. Las posiciones
y conductas radicales no contribuyen en nada positivo y si en acrecentar las
distancias y por ende alejar más la posibilidad de una salida democrática y la mejoría
económica que el país tanto necesita.
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