sábado, 4 de mayo de 2013

Paro indefinido




En un post anterior comenté sobre la necesidad de realizar otro tipo de paros y sugerí los paros prolongados. Resalté la importancia de informarle al país sobre la situación real de las universidades. Estas acciones ya se han realizado con resultados muy positivos.

Las últimas dos semanas se llevaron a cabo dos jornadas de paro de profesores universitarios, el primero durante tres días o 72 horas y el siguiente durante cuatro días o 96 horas.

En estos últimos días se ha comenzado a asomar la posibilidad de convocar a un paro indefinido, ante esta posibilidad yo hago un llamado de alerta contundente. No, no es conveniente llamar a un paro indefinido. No, yo me niego a unirme a un paro indefinido.

Hasta ahora he acatado los paros, he participado en las asambleas, he participado en las protestas virtuales en Twitter y Facebook. He publicado información sobre el conflicto, le he explicado a mis alumnos que esta lucha no se trata únicamente del salario de los profesores universitarios, pero definitivamente, no me uniré a un paro indefinido.

Primero que nada debemos ser respetuosos de las leyes, así como estamos reclamando nuestros derechos debemos ser respetuosos de los derechos de nuestros alumnos. Por ninguna razón podemos vulnerar el derecho de nuestros estudiantes al estudio.

Segundo, no podemos ni debemos abandonar nuestros lugares de trabajo. Hasta ahora hemos paralizado el inicio de las actividades docentes pero tenemos presencia activa en nuestras oficinas, salones, en fin, estamos presentes en la universidad.

Ya se han comenzado a ver los efectos de  nuestra lucha. El ministro Calzadilla ha convocado a los gremios que nos representan a unas reuniones, con propuestas y ofrecimientos muy tímidos pero por lo menos ha habido una disposición al diálogo.

Lamentamos la pérdida de clase y tiempo pero toda lucha implica sacrificios.  Nuestros alumnos entienden que la lucha también es por ellos, para que tengamos una mejor universidad; para que los comedores no tengan que cerrar por falta de recursos; para que los autobuses sigan funcionando y se adquieran nuevas unidades; para que las bibliotecas tengan recursos y puedan suscribirse a revistas científicas que nos permitan hacer investigación; para que los laboratorios sigan funcionando y sus equipos sean renovados y/o actualizados; para que cuentemos con recursos para proyectos.

Calma, no nos adelantemos a los acontecimientos. Borremos de nuestro vocabulario y de nuestras mentes  “el paro indefinido”. Conozcamos y analicemos a nuestro empleador principal, al ente que maneja los recursos, al Gobierno Nacional.

Utilicemos nuestra inteligencia, actuemos con sensatez. Sigamos con los paros prolongados, pasemos a las marchas, quizás no deban ser grandes marchas pero si muchas.

Una diaria, organizadas por universidades, una universidad al día. Tenemos cinco días a la semana. USB, UCV, UPEL, ULA, LUZ, UNEXPO y todas las demás universidades públicas. Estas marchas deben estar lideradas por las asociaciones de profesores universitarios y apoyadas por los estudiantes.

Sigamos la lucha de manera inteligente. Con calma, sin prisa. Juntos lograremos nuestras reivindicaciones justas y necesarias.      

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